viernes, 28 de agosto de 2020

Yuta

Existe, luego

se va.
El no-nato.
El inmortal.
ese amor eterno, esa armonía
quizás
desalentadora
de saber
[te]
que en el momento en que la presencia se vuelve ausencia
hay algo que falta.
Algo ahí que ya no se mece, pero queda fijo.
Sólo late permanente en la espera
del siguiente encuentro.
Un despegue, un nexo que no se corta,
sino que se estira y me siento pertenecida
y me pertenece
[s].

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