Si supieras cuanto me gustaría verte brillar,
sentirías este enojo,
esta frustración,
de saberte lleno de talento, dones, magia,
todo junto, amontonado
tirado en un sillón,
agotándose.
Como la mecha de una vela.
Nada es eterno.
Menos la vida, el cuerpo.
Solo tenemos un tiempo, y es este.
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