viernes, 28 de agosto de 2020

La cotidianidad onírica.

 Hadas en mi prado

danzan al ritmo
de tus sonetos,
al ritmo de
la percusión
fuerte
[toc-toc; tac-tac]
de mi corazón cuando te siento.

Cuando estás.

Y cuando no... ¡Qué de mi!

HADAS, si hadas!
Que gritan
y bailan
y cantan
y festejan
la hermosura de los momentos
inimaginados
NUNCA.

Y atraviesan los senderos con dolores de panza
de tanto, tanto reír.
Y se hacen pis encima.
Y en el éxtasis constante,
todo el tiempo se desvanece
se acorta
se alarga...
Simplemente se pasa.

Y pobres hadas,
agotadas al fin del día
cansadas ya de tanta felicidad
caen rendidas
en un sueño (eterno)
de saberte, sucediendo.
Un sueño que sin esfuerzo se da natural
porque todas sueñan contigo.

*

No hay comentarios:

Publicar un comentario