viernes, 31 de mayo de 2013

Inmortalidades

Soy un alma solitaria en estos versos,
un alma que
viene raspándose las rodillas
ya desgastadas
de tanto caer y levantarse
a sí misma.

Y aunque algunas manos hayan estado ahí
(siempre algo hay)
tendidas
para que me sostenga
por decisión propia
y
con convicción
(quizás)
he decidido ejercer mi propia fuerza.

Con el pasar de los años
aún
el temporal en mi no ha cesado.

Las arenas arremolinándose en mi
estuvieron,
están,
estarán.

Enterrado todo. Latente.
Pero nunca ausente. Nunca morirá (é).

No hay comentarios:

Publicar un comentario